No hay métodos probados y directos para saber la verificación de las tasas de extinción, por lo que la mayoría de los científicos se han basado en un método indirecto para estimar la rapidez con que las plantas y los animales están desapareciendo.
Este método calcula la velocidad a la que nuevas especies aparecen al tomar la muestra de un hábitat (llamada relación especie- área, SAR) y se invierte la curva para predecir el número de especies pueden extinguirse en base al ritmo en que los hábitats se destruyen.
Pero Hubbell opina que el método no es el adecuado, dado que es necesario perder mucho terreno para que una especie se extinga y aparezcan especies nuevas.
Eso se debe a que solo es necesario encontrar a un individuo de una nueva especie para que los científicos estimen que se trata de una nueva población. Pero extinción implica la desaparición de todos los miembros de una misma especie.
"Es equivalente a decir que una especie está condenada a la extinción si se encuentra una nueva especie y uno de sus hábitat se ha destruido, y claramente eso no es cierto”, dijo Hubbell a National Geographic.
"Hay que destruir a todos los hábitats en los que viva una especie antes de declararla extinguida”.
Hubbell y su colega Fangliang He de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou, China, analizaron datos de ocho áreas de bosque del todo el mundo anteriormente ya analizadas. Cada parcela de entre 20 hectáreas y 50. El equipo también estudió el terreno de varias especies de aves en el territorio continental de los Estados Unidos.
Basándose en este dato real y nuevo modelo matemático (donde el número de especies hipotéticamente extintas es menor que con el sistema SAR) los científicos calculan que las tasas de extinción derivada con el SAR se habían exagerado en un 160%.